Un juego teatral en el que palabra e intérprete se funden en un todo indisoluble. Una reflexión sobre el «Silencio», discurso de entrada de Juan Mayorga en la Real Academia de la Lengua y hoy convertida, por obra y gracia del autor, en una pieza que en boca y gesto de una inmensa Blanca Portillo alcanza las más altas cotas dramáticas. Voz y pausa, desde el escenario del Teatro Valdés, este viernes, 28 de octubre, a las 20.15 horas.
En la misma tarde en que recoge el Premio Princesa de Asturias de las Letras, el texto de Juan Mayorga vuelve a cobrar vida en un Teatro Palacio Valdés que tan bien conoce. Él mismo firma la dirección, y Blanca Portillo se encarga de asombrar al público, tal y como ha sucedido función tras función desde que se estrenó a comienzos de año.
Mayorga explica la cronología de los hechos que el público recibirá en escena: «En mi discurso de ingreso a la Real Academia Española, casa de las palabras, especulaba con la fantasía de que quien lo estuviera pronunciando no fuese su autor, sino un actor que me representase. Al fin y al cabo, se trataba de un discurso sobre el teatro y, dentro de este, sobre aquello que, en el teatro, hallándose más allá de las palabras, pertenece, antes que a nadie, al actor: el silencio».
Y si algo tenía meridianamente definido en su imaginación es quién, bajo la etiqueta obligada por la solemnidad del momento, se pondría en su piel: «Me fue en seguida muy claro que ese discurso sobre el teatro podía convertirse él mismo en teatro, es decir, en una experiencia poética en el espacio y en el tiempo, y que no habría mejor intérprete para encarnarlo que mi amiga y admirada Blanca Portillo».
Una escena, un discurso tan teatral, que los académicos son el público, ¿o es el público el académico más implacable? Escucharán cómo «ha elegido hablar sobre el silencio en la vida y en el teatro. También viajar por silencios teatrales que resuenan en su memoria y en su cuerpo. Quizá el silencio, que soporta el discurso y sobre el que el discurso indaga, ponga el discurso en peligro. Quizá lo más importante sea, para quien pronuncia el discurso y para quienes lo reciben, por encima y por debajo de las palabras, escuchar juntos el silencio».
En esta propuesta escénica de Avance Producciones Teatrales y Entrecajas Producciones Teatrales, el diseño de la escenografía y el vestuario llevan la firma de Elisa Sanz; el diseño de iluminación, de Pedro Yagüe, y el espacio sonoro, de Manu Solís.